En 1981 y 1982 tuvieron lugar en Kibeho, Ruanda, una
serie de apariciones de la Virgen a tres jóvenes, Alphonsine Mumureke, Nathalie
Mukamazimpaka y Marie-Claire Mukangango, en las que recibieron diversos
mensajes – el más conocido el del 15 de agosto de 1982 en el que además
pudieron ver imágenes de lo que se ha considerado una prefiguración del
genocidio ruandés que tuvo lugar doce años después, en 1994. Una de las
videntes, Marie-Claire Mukangango, moriría en dicho genocidio. En el 2001,
Mons. Augustin Misago, obispo de Gikongoro, en cuya diócesis se encuentra
Kibeho, reconoce oficialmente las apariciones. Desde que tuvieron lugar las
apariciones no han dejado de llegar peregrinos a Kibeho, no sólo de Ruanda sino
de todos los países vecinos. Se han producido curaciones y numerosas
conversiones.
Uno de los mayores problemas es, sin embargo, la falta de
infraestructuras para acoger a los peregrinos y hospedar a todos los que llegan
a Kibeho. Durante las grandes fiestas marianas, los peregrinos sufren las
inclemencias del tiempo y aún así el número no deja de aumentar cada año.
Las Hermanas Misioneras del Apostolado Católico han
ayudado durante años en la acogida y en el desarrollo de las actividades de
este lugar de peregrinación. Estas religiosas atienden además un centro de
salud cercano, muy necesario, dada la afluencia de personas del país y del
Congo, de Uganda, de Kenya… Las hermanas son testigos de cómo muchos peregrinos
llegan a Kibeho con lo puesto. Esto las movió a construir un albergue para
acogerlos, pero la crisis económica frenó muchas ayudas que tenían prometidas
en el extranjero.
La Conferencia Episcopal Española, a través del Fondo
Nueva Evangelización, acogió la petición de las misioneras y, a finales del
2012, les envió una suma de 15.000 euros. “La finalización del proyecto ha sido
posible gracias a su ayuda que ha venido en el momento más oportuno”, escribía
en una reciente carta de agradecimiento la hermana Marta Litawa, la ecónoma de
la comunidad, quien añade que el nuevo albergue les permite dar un mejor
servicio a los peregrinos ofreciéndoles alojamiento y otras atenciones.
Tras la tragedia del Genocidio de los Grandes Lagos, “los
peregrinos se acercan al Santuario en las fiestas solemnes que se celebran para
rezar por la reconciliación y la unidad de los ruandeses”, cuentan las
hermanas. “Aprovechan la ocasión para celebrar estos grandes acontecimientos
recibiendo el sacramento de la reconciliación y meditando el mensaje que la
Virgen dejó en Kibeho”, la necesidad de conversión de los corazones y de
acercamiento a Dios a través de la oración.