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Cristianos sin Fronteras organiza la fase nacional del
Festival de la Canción Misionera, en su 36 edición, bajo el título “Cantando +
la alegría de la fe”. Llegados desde 17 diócesis españolas, 35 grupos de
colegios y parroquias han compartido su música y su fe. Durante dos días, la
ciudad castellana ha acogido este festival, en el que se presentan canciones
inéditas de temática misionera.
A las 12 del mediodía del sábado 20, la Plaza Mayor de
Valladolid estaba llena de pancartas, pañoletas y alegría. Mil personas de
todas las edades participaron de la fiesta de acogida. El padre Jesús
Valdavida, iniciador de Cristianos sin Fronteras, dio la bienvenida a los
asistentes. “Seguid llenando de alegría las calles de Valladolid”, animó el
sacerdote. En representación del Ayuntamiento, el concejal Jesús García Galván
tomó la palabra, y agradeció a los asistentes su presencia: “hoy con vuestra
presencia demostráis que en la Iglesia hay juventud valiente, jóvenes misioneros”.
Por último, el delegado de misiones de Valladolid, Javier Carlos Gómez, explicó
que los misioneros de la diócesis estaban viviendo el acto desde todas las
partes del mundo. El acto de bienvenida culminó con bailes tradicionales, de
parte del grupo Castellanos de Olid.
Por la tarde, seis iglesias de Valladolid se han
convertido en las sedes de este festival. De forma simultánea, en las seis
parroquias se han interpretado las canciones misioneras, traídas de toda
España. En la parroquia de Santiago 6 coros de Aranjuez, Medina del Campo,
Madrid, Santander y Salamanca han explicado el sentido de las piezas que iban a
interpretar, y acto seguido las han cantado con fuerza, llenos de entusiasmo.
Pero este festival no se ha quedado en lo meramente folclórico, sino que ha
querido llegar más profundo. Para ello, todos los participantes han
reflexionado sobre la alegría de la fe, a la luz de la Porta Fidei.
“En nuestro coro hay familias enteras, hemos ido teniendo
hijos, y todos cantamos juntos”, explicó el responsable del grupo del Colegio
Apóstol Santiago de Aranjuez, que ha cantado “Déjate querer”, y que está
formado por cantores de 6 a 40 años. Otro grupo de Medina del Campo explica que
llevan dos meses ensayando, todos los sábados. “Queremos decirle al mundo con
nuestro testimonio que la fe es una alegría”, explica Toñi Sarmentero, la
compositora de la pieza que iban a interpretar. Joseto siempre participaba de
niño en este festival. Veinte años después, sin haberse perdido ninguna
edición, viene como responsable del grupo del Colegio Corazón de María de
Madrid. “El encuentro ha evolucionado mucho, al principio veníamos solo con una
guitarra, y ahora hay mucho nivel”, afirma este veterano. “Lo que no evoluciona
se estanca”.
La jornada del sábado terminó con una Vigilia en la
catedral, presidida por Mons. Ricardo Blázquez, obispo de Valladolid. El
prelado ha insistido en el mandato evangélico de proclamar la buena nueva, y ha
subrayado que para llevar la buena noticia a los hombres, es necesario haberla
recibido primero. “Nosotros no nos inventamos el Evangelio, sino que nos ha
llegado por medio de evangelizadores”, ha afirmado el obispo, y ha repetido que
la misión no es para los que están lejos, sino para los que conviven con
nosotros. “Que Santa María la Virgen os acompañe en vuestro camino misionero”.
El festival culminó con la celebración de la
Eucaristía de envío el domingo 21, Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones. Paralelamente en Madrid, tuvo lugar una Eucaristía en la Casa de
los combonianos de Madrid, retransmitida por La 2 de Televisión Española,
precedida por un reportaje sobre las Vocaciones Nativas.