Mons. José Luis Mumbiela es un joven obispo español al
que la Iglesia le ha encomendado una diócesis en Kazajstán, un país cinco veces
el tamaño de España, pero con sólo 17 millones de habitantes. Su diócesis tiene
el hermoso nombre de Santísima Trinidad de Almaty. Esta es la ciudad más
poblada de Kazajstán y, al norte de ella, a unos 50 kilómetros es donde se
encuentra Kapshagai.
El párroco y las religiosas de la parroquia católica de
esta localidad de Kapshagai se encontraron con que había muchos casos de niños
abandonados por los que había que hacer algo. Así que, en el año 2000, crearon
la primera casa de acogida para los huérfanos e hijos de padres alcohólicos y
drogadictos del país. Así fue como comenzó lo que hoy se conoce como “Hogares
de la Virgen María de la Eucaristía”, que ya son cinco. Estos hogares acogen a
niños de diversas edades, incluso a madres con bebés pequeños. Los 100 niños
que actualmente se atienden son de religiones y nacionalidades diferentes,
unidos sólo por el cariño que se les tiene. Se les cuida como se haría en
cualquier hogar, y acuden a los colegios públicos cercanos.
A cargo de todo esto está el sacerdote eslovaco Ondrej
Slavik y, para atenderlos, cuentan con todo un equipo de personas dispuestas a
ayuda. Hay dos mujeres excepcionales que dedican todo su tiempo a ellos, Irina
y Oxana, y luego están las religiosas, como las hermanas de Nuestra Señora de
Eslovaquia, Sor Konzolata y Sor Margarita, otras tres hermanas de la Inmaculada
Concepción de Polonia y Kazajstán, Sor Viktoria, Sor Viera y Sor Tamara, y las
Hermanas Franciscanas de Kazajstán y Eslovaquia, Sor Anna y Sor Maximiliána.
Además, desde Eslovaquia, llegan en momentos determinados voluntarios para
echar una mano.
Mons. Mumbiela y el padre Slavik solicitaron una ayuda para
estos hogares a la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, cuya jornada
celebraremos el próximo 26 de enero con el lema "los niños ayudan a los
niños". Son 8.000 dólares que se dedicaran a alimentos y medicinas y que
se sumarán a la inmensa generosidad personal de quienes cuidan todos los días
de estos niños de Kazajstán